viernes, 17 de febrero de 2012

Percepciones de un sueño antes de convertirse en sueño.

De la autoría y de los momentos dulces,
del encuentro entre los duendes y un caballo verde jubilado,
presos ajenos a memorias sin corazón,
amantes guiadas por el soplo de luz que abarcan las estrellas,
brisa insaciable que seca tus poros; apaga las velas y entremos,
abre esas puertas, cierra las heridas y espanta esos espíritus,
me mudaré a la cueva de tus manos, me aislaré a la luz de tu vida,
y me sentaré a esperar que tu mirada me lleve,
curiosos los que me llaman loco por irme a vivir a tus ojos,
curiosa la sensación de haberte soñado mañana,
pero, ¿Qué puedo hacer ante semejante beso?
Colócate en mi lunar, y verás; sentirás, propagarás esa alegría,
cada letra de cada noche a velas, te las escribo porque el recordarte no es juego,
aunque con palabras levante castillos y construya sueños,
pender de la luna es como si ella pendiera de un halo, de un hilo, da igual,
ya que siempre despierto con el café de tus ojos, y el olor de tus sentimientos.
Siempre sentiré que el gran poema es que me quieres.

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